lunes, 18 de julio de 2016


La sociología comunitaria es una rama de la sociología que nace de un conjunto de profesionales que encuentran dificultoso encuadrar su actividad profesional en las orientaciones clásicas de la carrera de sociología: sociología política, sociología económica, sociología de la educación, sociología laboral, sociología de la salud, etc.
Aunque si es cierto que puede tomar aspectos parciales de estas orientaciones, ninguna sirve como marco teórico general que de cuenta de las prácticas de muchos profesionales que actuamos con el título de licenciado en sociología. Por lo general se asocia la formación de sociólogo con las actividades de docencia e investigación, más del lado teórico que práctico, y cuando se la asocia a lo practico se lo hace con actividades ligadas a la planificación, evaluación, supervisión, auditoria, de políticas y acciones; como si la actividad del sociólogo estuviera en realidad alejada del contacto directo, cara a cara con las personas y sus problemas, esto último, se cree, sería más propio de la psicología, el trabajo social, los operadores de calle, animadores culturales, etc.
Sin embargo creemos que esta es una visión limitada del campo de la sociología, y que en estos momentos habemos varios profesionales de la disciplina que nos encontramos en el terreno de acción más directo de las políticas sociales, y en diálogo con otras disciplinas, como las ya nombradas, a las que habría que agregar la psicología comunitaria, el trabajo social comunitario, la recreación y educación popular, todas disciplinas y enfoques con los que la sociología puede mantener un muy enriquecedor intercambio. El sociólogo puede intervenir en espacios de interacción continua e implicada con sujetos, y de hecho lo hace.
Que hacemos
-Talleres lúdico reflexivos, sobre problemáticas y temas sociales específicos
-Cursos y capacitaciones
-Procesos de fortalecimiento comunitario.
-Grupos reflexivos para adolescentes
-Diagnósticos sociocomunitarios participativos
La sociología clínica comunitaria busca ser un espacio de diálogo entre las distintas disciplinas de las ciencias sociales, con el objetivo de lograr intervenciones sociales más integrales y efectivas.

Enfoque sistémico comunitario: elaboración de un marco teórico desde la teorías de sistemas sociales de Niklas Luhmann
El trabajo que nos toca hacer se sitúa en un terreno de transición, en una zona intermedia, podríamos decir de intersección entro lo psicológico y lo social. El dasafío mayor es visualizar y poder usar fructíferamente en las intervenciones comunitarias esta relación continua entre lo social y lo subjetivo, ver las mediaciones que se llevan a cabo, los procesos, las mutuas influencias.
Al adoptar aquí un lenguaje conocido como teoría de sistemas autopoiéticos, podemos ganar en precisión, aunque es cierto que también por momento podremos sentir que el lenguaje se hace muy abstracto. Pero probemos.
En lugar de hablar de subjetividad y “lo social”, hablemos de sistemas psíquicos y sistemas sociales. Definamos primero lo que es un sistema, sistema es la diferencia entre sistema y entorno. Es poco y mucho como definición.  Parece poco en primera instancia, porque todavía no sabemos nada de aquellos procesos y operaciones que hacen a la diferencia entre sistema y entorno, pero ya sabemos que esas operaciones de diferenciación tienen que estar continuamente para que exista un sistema. Luego las formas de esas operaciones de diferenciación variarán de un sistema a otro. Nosotros nos ocuparemos solo de sistemas psíquicos y sociales, eventualmente de los sistemas orgánicos.
Lo que habitualmente entendemos por sujeto, abarca tanto aspectos del sistema psíquico como del orgánico, el sistema social es entorno del sistema psíquico y orgánico, y viceversa. Esto no quiere decir que los seres humanos no formen parte de la sociedad o que no los necesiten, simplemente significa que la categoría de sujeto no es la elegida para la descripción que queremos llevar a cabo. La sociedad no está compuesta por sujetos en este marco de referencia, el sujeto es una de las formas semánticas en que se tematiza a los sistemas psíquicos en los sistemas sociales, para describirlos y observarlos.
Cada sistema tiene una única operación que contribuye a su reproducción, es decir a su continua diferenciación con respecto al entorno. Los sistemas sociales tienen como operación principal la comunicación, los sistemas psíquicos la conciencia, que se expresa con pensamientos. Si un pensamiento es comunicado, pasa a formar parte de los sistemas sociales. Esto últimos pueden tomar la forma de una simple interacción entre dos o unas pocas personas, la forma de una organización de mayor o menor complejidad (empresas, organismos públicos, instituciones, etc.), o la forma de un subsistema mayor, como por ejemplo el subsistema económico que engloba a todas las organizaciones económicas.
Para empezar la descripción de un sistema no es necesario dar cuenta primero de sus estructuras. Por ejemplo si observamos el subsistema social económico, no necesitamos primero descubrir sus estructuras, para saber como este funciona, podemos empezar por ver la forma en que este sistema codifica su entorno, es decir que cosas observa de él, como las observa, haciendo que distinciones. Se parte de la premisa de que un sistema social o psíquico, tiene a su alrededor un entorno inconmensurablemente complejo, es decir, inabarcable, por lo cual se ve obligado a seleccionar de él solo lo apropiado para su reproducción. Si es adecuado hablar de estructura, lo es en este sentido, es decir a partir de las formas en que los sistemas seleccionan material de su entorno, a partir de que criterios, de que diferencias. Que seleccionan y porque lo hacen de esa manera.
Lo mismo vale para los sistema psíquicos, la complejidad no está solo del lado de los sistemas sociales, los sistemas psíquicos también desarrollan un grado de complejidad inabarcable en su totalidad para los sistemas sociales, solo una pequeña porción de los procesos que suceden en el plano de la conciencia son abordados en la comunicación. El punto de acople entre la  conciencia y la comunicación es el leguaje, es el lugar en el que ambos sistemas pueden influir uno en el otro.
Los sistemas psíquicos y sociales, son ambos cerrados operacionalmente, autopoiéticos y autorreferenciales. Lo primero significa lo que ya dijimos, que cada uno de se reproduce con una solo operación, los sistemas sociales con la comunicación  los sistemas psíquicos con la conciencia. La conciencia no comunica, y la comunicación no piensa, solo la conciencia piensa, solo la comunicación comunica. Una comunicación puede provocar distintos pensamientos en la conciencia, o como dijimos un pensamiento puede comunicarse, pero se trata de interpenetraciones e influencias entre los sistemas psíquicos y sociales; cada sistema sigue conservando su modo de operación. La consecuencia más importante de este hecho es la autonomía del sistema para auto-determinarse por medio de sus operaciones.
Lo de autopoiéticos y autorreferenciales significan que tanto sistemas psíquicos como sociales, producen sus estructuras a partir de los elementos que ellos mismos producen. Los elementos del sistema no son tomados del entorno, son creados por el propio sistema, que luego los reutiliza para construir sus propias estructuras. Un sistema psíquico no toma pensamiento del aire y o de la comunicación. La comunicación puede provocar pensamientos, pero estos se producen en el plano de la conciencia, y se transforman en elementos del sistema psíquico. La comunicación requiere del pensamiento, de la fuerza motora del organismo, del aire, etc., pero una comunicación no es ni aire, ni pensamiento, ni fuerza motora, esos son materiales y energías necesarios pero no la comunicación en sí; una vez que se produce una comunicación, esta desencadena un proceso de enlace con otras comunicaciones (aceptación, rechazo, indiferencia) que lleva a la formación de estructuras en los sistemas sociales. Así la comunicación termina produciendo más comunicación.
Los talleres en la comunidad como sistemas sociales de interacción
De los desarrollos anteriores podemos ahora deducir el plano de acción en que nos movemos en la realización de nuestras actividades de grupos de reflexión y talleres.
El elemento principal es la comunicación, y a través de ella se tematiza, se habla, se reflexiona, se critica a partir de los pensamientos de la conciencia que se va dejando llevar por todo esta comunicación. La comunicación a partir de ciertos “disparadores”, temas introducidos y seleccionados intencionalmente por el coordinador, buscan generar ciertos efectos en las conciencias de los participantes para que tematicen y opinen sobro ciertos temas.
Un punto de equilibrio difícil de logar en los grupos en que se trabaja con los temas emergentes de la comunicación libre de las conciencias, es hasta donde se deja a las conciencias de los participantes comunicar sus pensamientos, y hasta donde el coordinador orienta la comunicación a partir de la selección de temas y administra las interrupciones.
A favor de la libe expresión podemos decir que desde cierta visión terapéutica del taller, se piensa que el poder expresare produce en la conciencia y en el organismos de los participantes cierta descarga de tensión y por consiguiente, alivio para ellos al encontrar el canal de la comunicación para la descarga.
En contra están los argumento de que prestar demasiada atención a los temas que surgen de las conciencias de los participantes puede llevar a la desvirtuación del taller, o a que solo participen unos pocos, que se pierda el objetivo central, y que no se traten los temas de comunicación previamente seleccionados por el coordinador.
Ambos argumento son atendibles. El tema es que el grado de complejidad que hay del lado de las conciencias, en cuanto a la cantidad de temas que pueden ser comunicados y tematizados y/o reflexionados, es inabarcable para la estructura del taller. Si nosotros vemos el taller como un sistema social en el plano de escala microsocial, es decir en el de la interacción, necesitaremos de la selección y reducción de complejidad. El taller o grupo, como sistema social de interacción necesita también crear sus propias estructuras para reproducirse y no sucumbir, para ellos debe producir su diferencia con el entorno, y ello lo puede hacer a partir de la comunicación.
Por ejemplo, pautando los temas de comunicación antes del encuentro, organizando la intervenciones de los participantes, mediando en las intervenciones para llevar a la reflexión de los temas propuestos. Todos estos son criterios de selección de las comunicaciones que se llevarán a cabo en el taller, es decir que no todas las comunicaciones que se produzcan en el taller serán seleccionadas para la reproducción del sistema, algunas deberán ser descartadas para el cumplimiento del objetivo del taller y por ende, de la reproducción de este sistema social. El asunto claro, es como manejar esto con acto, las interrupciones siempre son difíciles, sobre todo hay que tratar que no sean entendidas como rechazo o negación de lo que el otro comunica.
Lo más importante es focalizarnos en lo que se quiere comunicar y como se lo quiere hacer, luego todas las comunicaciones que producen los participantes deben ser procesadas en los términos de esas comunicaciones, en la forma de  criterios de selección. A esta selección de ahora en más le llamaremos también reducción de complejidad.
La instancia de la auto-observación de las intervenciones: evaluación
La auto-observación es una operación posible y frecuente, tanto en los sistemas psíquicos como sociales. En los sistemas psíquicos podemos verla en la vida cotidiana en la forma de auto-reproches o críticas dirigidas a nosotros mismos, o también en una terapia psicológica, en donde la auto-observación del sistema psíquico es orientada por un profesional que le ofrece puntos de referencia para realizarla.
Los sistema sociales hacen lo propio, para poner un ejemplo que nos acerque a nuestro tema, la evaluación de políticas públicas, un campo de gran desarrollo en los últimos años, es la aplicación de este principio de auto-observación del sistema. En este caso el sistema se observa a sí mismo para cotejar que los objetivos propuestos al principio de la intervención se estén cumpliendo, y auto-dirigirse a él mismo en caso de desviación, es el clásico ejemplo de la retroalimentación.
Nosotros aquí preferimos decir que el sistema al auto observarse aplica la diferencia entre sistema y entorno que ya de por sí aplica, pero esta vez así mismo, produciendo así una nueva instancia de diferenciación en el sistema (la de evaluación, auto-observación, crítica, etc.) que lo hace más complejo que antes.
Es una herramienta muy útil para el taller el designar una persona del equipo con el único objetivo de observar lo que sucede en la dinámica, tomar nota de lo que pasa atendiendo a la planificación inicial del taller. Lo importante aquí también, será pautar de antemano que aspectos del taller se evalúan para tener puntos de referencia para la observación, ya que no es posible observar todo, aquí también como en el tema de la comunicación, se hace necesaria la selección y reducción de complejidad.
Entre los puntos de referencia de la auto-observación pueden esta los siguientes: cumplimiento o no y porque de la estructura del taller (inicio, desarrollo, plenario, cierre); desarrollo de la comunicación entre los participantes, entre los participantes y los coordinadores, y entre los coordinadores si hay más de uno; abordaje o no de los temas previamente planificados, surgimiento de temas no previstos; momentos de mayor y menor participación y empatía; calidad de la participación; calidad de la exposición de los coordinadores.
Con todo lo dicho igualmente hace falta todavía una aclaración. También lo extraemos de la teoría de sistemas autopoiéticos clausurados operacionalmente, y es la cuestión del tercero excluído de la observación o el punto ciego de la observación. Básicamente consiste en lo siguiente: el sistema (psíquico o social) puede observarse a sí mismo, pero no puede observarse a sí mismo en esa operación, es decir, el sistema no se puede observar a sí mismo mientras observa a otros sistemas, ni tampoco cuando se observa a sí mismo. La analogía de ojo viene bien aquí, el ojo puede observar a condición de no verse él mismo mirando. Por lo tanto un acto tan simple como ver, es también una selección, algo se ve a costa de excluir lo demás.
Todo este razonamiento sirve simplemente para señalar y llamar ala atención sobre el hecho importante de lo que significa observar: significar marcar un a diferencia, mientras se lo hace se ve una parte de lo que se observa, otra queda excluída, es imposible “ver todo”, siempre habrá un punto ciego de la observación. Aun cunado el sistema quiera observarse a sí mismo.
La consecuencia más directa de este hecho es la imposibilidad fáctica de poseer un control total sobre el desarrollo de los acontecimientos que se quiere orientar. En nuestro caso el sistema social de interacción taller. Se podrán hacer continuaos ajustes y re direccionamientos que podrán o no mejorar las intervenciones, pero es cierto también que este proceso no tendrá fin, precisamente por el punto que estamos aclarando. Pero esto no es para desanimarse, quiere decir que siempre tendremos trabajo!
La comunicación de sentimientos y la afectividad en los talleres
En los talleres y grupos con personas  de estratos sociales bajos o que han padecidos situaciones de estrés social o vulneración continua de derechos, se vuelve casi fundamental la reconstrucción de la subjetividad que precisamente se encuentra arrasada por sus condiciones vitales. Crear las condiciones para esta reconstrucción deber ser uno de los objetivos del sistema social taller.
La comunicación sincera de sentimientos por parte de los coordinadores y participantes, y la recepción de estos mensajes por ambos, genera unas condiciones de empatía muy favorables para el taller, que permite que más temas sean tematizados y en forma más profunda. La sensación al comunicar un sentimiento y sentirse escuchado y comprendido rebasa el plano de los sistemas sociales y psíquicos en el que estábamos hasta ahora, y produce efectos en lo que llamaríamos sistema orgánico, o simplemente organismo. Genera sensación de bienestar en los participantes, y por ende creación de endorfinas en su sistema neurofisiológico, lo cual incrementa la disposición a participar del taller.  
Esta es la causa de la preferencia de empezar un taller en el que abordarán temáticas angustiantes (violencia, adicciones, sexualidad, etc.), con una dinámica lúdica, para generar estos procesos en la conciencia y organismos de los participantes. La generación de un espacio de juego y de comunicación de nombres, gustos, preferencias, trivialidades, produce en el organismo de los participantes un estado de relajación que baja las defensas previas que pudieran tener a la actividad por desarrollar.
Por lo tanto los sentimientos son una vivencia de la conciencia que desencadena un proceso orgánico que puede volverse o no consciente para los sistemas psíquicos, y que por lo tanto puede o no ser comunicado para que forme parte del sistema social. No creemos que sea necesario ni fructífero comunicar todos los sentimientos, algo que sería imposible y generaría un grado de complejidad imposible de absorber por el taller, simplemente es adecuado propiciar, dar lugar al desarrollo en los participantes de ciertos sentimientos que son positivos para el taller y para los mismos participantes. Esto es posible de hacer con ciertas dinámicas y formas de la comunicación. Los sentimientos positivos de los que hablamos son: relajación, alegría, bienestar, empatía, confianza, cooperación, altruismo, etc.
La espiral negativa: reproducción autopoiética de situaciones desfavorables
Desde el paradigma en que estamos trabajando la comunicación en los sistemas sociales se produce y reproduce a partir de la comunicación. Una comunicación se enlaza a otra, y esta otra a la siguiente y así sucesivamente. Sin embargo esto no significa que todas las comunicaciones tengan las mismas posibilidades de aparecer y/ de ser aceptadas.
Existen estructuras previas a la comunicación, que son también parte de la comunicación, como por ejemplo las expectativas. Alguien comunica algo, y se espera que la respuesta siga solo  algunas opciones posibles, rechazo, aceptación, observación, etc. También la comunicación actual va limitando las opciones posible  de la siguiente comunicación, por lo cual las partes presentes en un sistema de comunicación se van auto-limitando por medio de selecciones de comunicación.
Aquí queremos trabajar sobre una forma peculiar de comunicación que ilustra este mecanismo, que se da en el contexto de realización de los talleres de reflexión en comunidad. Se trata de una situación común en sectores vulnerables, en situación de marginalidad porque atraviesan situaciones de estrés social, como inseguridad, adicciones, violencia, etc. Queremos llamarla “espiral negativa”, porque las personas que concurren a los grupos suelen traer como temas de comunicación la desesperanza, el resentimiento, la vergüenza, la culpa, la envidia, etc. Temas que dan cuenta de la situación en que estas poblaciones se encuentran, por distintas circunstancias, pero que paradójicamente, al ser la única forma de tematización de la comunicación, termina produciendo un proceso de retroalimentación, en donde la negatividad de estos sentimientos se refuerza a sí misma. Aumentan la probabilidad de ocurrencia de comunicaciones negativas al tiempo que disminuye la probabilidad de en lace de comunicaciones positivas, placenteras con efectos saludables.
Un sentimiento negativo se hace consciente, luego se comunica, al comunicarse la negatividad del mensaje produce sentimientos negativos en otros participantes, que al percibir dichos sentimientos en sus conciencias, o se retraen y ya no comunican, o bien continúan con la comunicación de sentimientos negativos. Es como si la comunicación de únicamente temas negativos, aumentara las probabilidades de enlace de otras comunicaciones del mismo tipo, y redujera drásticamente las posibilidades de enlace con otro tipo de comunicación. Cuando este mecanismo de comunicación se vuelve una estructura en el sistema social de interacción, cualquier comunicación esperanzadora o contraria a esta lógica puede ser tratada como desvío y rechazada violentamente.
Esta situación es la que se trata de evitar desde los coordinadores, a partir de la intervención con comunicaciones con “signo positivo”. Para ello se sigue el camino inverso al de la espiral negativa. Esta última parte de un situación de estrés social que produce sentimientos negativos, que al hacerse conscientes son comunicados en los talleres. Entonces, en los talleres partiremos de la comunicación, para producir ciertos pensamientos que se traduzcan en sentimientos positivos, que serán la base para que los participante pueden empezar  romper la espiral negativa.
Primero se trata de tomar las intervenciones comunicativas de los participantes, y luego los mensajes de los coordinadores siempre irán en la dirección de romper el bucle de reproducción de comunicaciones negativas. En las intervenciones de los coordinadores aparecerán palabras, como esperanza, se puede, podemos, amor, cooperación, bienestar, progreso, comunidad, ayuda, felicidad, etc. No se trata de no oír lo que dicen los participantes porque es negativo, todo lo contrario, las intervenciones de los coordinadores requieren de la escucha atenta. Pero quedarse en el bucle de reproducción negativa no mejorará las cosas. Se trata de a partir de la comunicación generar pensamientos positivos en los participantes, que generen sensación de bienestar en el nivel orgánico, para que se genere la predisposición necesaria para hacer comunicables sentimientos positivos.
Lo importante es que los participantes puedan percibir, aunque sea en el plano de sus conciencias, otra posibilidad a la de los sentimientos negativos y desesperanzadores. Si luego pueden hacerse comunicables esos sentimientos positivos  mucho mejor. Este paso es ineludible para empezar a vislumbrar una posibilidad de cambio en las vidas de estas personas. No se puede pensar en lo que ni siquiera es todavía imaginable. El mensaje básicamente sería: se puede estar bien.
Otro tema posible de abordar en los talleres aunque de mayor complejidad, es el de manejar los mensajes que pueden genenar sentimientos negativos, que provienen del entorno  de los subsitemas sociales. Es ilustrativos el tema de los medios de comunicación masivos, con sus mensajes comunicativos de homicidios, inseguridad, inflación, crisis, etc. Esto es parte de la espiral negativa, pero es un aspecto no controlable desde el plano del sistema social de interacción del taller, y mucho menos desde los sitemas psíquicos.
Pero si se puede trabajar con mecanismos que puede utilizarse al nivel del sistema psíquico y que permitan procesar toda esta información sobresaturada de comunicaciones que generan sentimientos negativos, de una manera que los efectos no sean los mismos. Se pueden evitar directamente esas fuentes de comunicación, o bien se pueden relativizar o interpretar de otra manera que no sea nociva para los sistemas psíquicos. Este es un tema de desarrollar capacidades y habilidades en los sistemas psíquicos para procesar la información del entorno de una manera que sea beneficiosa para el sistema, o si ello no es posible descartar dicha información.
También de la misma forma se pueden trabajar otras cuestiones del entorno que sean estresantes para los sistemas psíquicos, para aprender a manejarlas de manera que no produzcan estrés. Para esto es posible hacer como en el caso anterior, por medio de ciertas habilidades de selección de información, o también por medio del sentido que se le da a ciertas circusntancias del entorno, una re significación y reelaboración de la información recibida, más acorde con la salud y el bienestar de los sistemas psíquicos. Nuevamente este sentido deberá ser beneficiso para el sitema psíquico. En un caso extremo se deben evitar ciertas informaciones o contenidos de los medios que son muy nocivos para el sistema psíquico.


jueves, 13 de septiembre de 2012

Dejamos a continuación un fragmento de una ponencia presentada en el I Congreso de Sociólogos de la Provincia de Buenos Aires en el año 2009. La misma reflexiona sobre la tensión entre los términos de Sociedad y Comunidad.

La tensión entre Sociedad y Comunidad en la tradición sociológica

Desde el comienzo de la Sociología  a mediados del siglo XIX, la tensión entre sociedad y comunidad fue un tema central de la disciplina, presente también en los que son conocidos como “clásicos” (Marx, Weber, Durkheim). Se tomaba conciencia de que un mundo marcado por lo cercano, lo conocido, lo previsible, lo inmutable, desaparecía (es decir el viejo orden “feudal”); y comenzaba a vislumbrarse otro marcado por la creciente secularización, impersonalización, velocidad, cambio acelerado, incertidumbre. Al primero se lo nombró comunidad y se lo asoció al “antiguo régimen” de la Edad Media, al segundo se lo llamó de diferentes formas, “sociedad industrial”, “sociedad capitalista”, “sociedad moderna”.


La esencia del nuevo orden a partir de la primera revolución industrial y la Revolución Francesa, se la asoció a múltiples factores ,como muestran los diferentes nombres, pero podríamos aventurar que el factor económico es la variable que la mayoría tuvieron en cuenta, por el gran impacto que este generó en todos los aspectos de la vida, reinsertando lo “local”, lo comunitario, en un nuevas relaciones que lo conectaronn con espacios geográficos muy alejados de él.


Autores como Marx  le atribuían un signo peyorativo a ese orden comunal, viendo con buenos ojos el avance de las fuerzas productivas y las potencialidades  creadas por el nuevo sistema. Aquellas formas comunales constituían más un obstáculo que una ayuda para el avance de este último, pues eran formas “estancadas y enmohecidas” (Marx, 1960: 15) que privaban al hombre del desarrollo de sus verdaderas potencialidades. Su preocupación era la forma de apropiación privada de la riqueza producida por el nuevo sistema, que es una nueva forma de enajenación que separa al hombre de su producto. La idea de un “comunismo” ligado a la apropiación del excedente por la mayoría trabajadora tiene la impronta de totalidad que lleva la noción de comunidad, la instauración de un régimen en que la propiedad sea colectiva, pero no ya en la forma de las tierras comunales de la Edad Media, sino en la apropiación de los medios de producción por quienes producen.


Por su lado, Durkheim, le atribuía un efecto positivo a lo que el llamó orden industrial, por producir una forma de “organismo social” más compleja que la alcanzada por ninguna otra sociedad, gracias a la creciente división del trabajo y el grado de especialización alcanzado que llevan a una solidaridad de nuevo tipo anclada en la interdependencia, que él llamó “solidaridad orgánica” (Durkheim, 1985: 84). Sin embargo el efecto negativo de la especialización de funciones es el aumento del individualismo, y la consecuencia es la falta de conexión con una totalidad que le de coherencia a un orden social fragmentado en funciones. De allí Durkheim mira con nostalgia la organicidad y cohesión moral de la Edad Media lograda por la religión. Sin embargo un retorno allí es imposible, por lo que “algo” tendrá que surgir que tome el papel que en el antiguo régimen ocupó la religión y contrarreste el peligro de “anomia” generado por el individualismo moderno. Una conciencia colectiva de nuevo tipo tendrá que cubrir a las conciencias individuales, esta sería en Durkheim la forma de superación de la tensión entre comunidad y sociedad a favor de la primera, aunque no especifique bien cual será la forma de esa nueva conciencia colectiva..


Max Weber termina con las esperanzas de superación de esta tensión, su mensaje se sintetiza en la idea de “jaula de hierro” creada por la burocracia moderna. Las sociedades modernas tienden a ser sociedades de masas, en donde la organización burocrática es la respuesta necesaria en los nuevos estados nacionales para organizar los complejos procesos productivos y políticos de la sociedad. Sin embargo el precio a pagar es alto, la pérdida de la espontaneidad y autonomía individual (Weber, 2003: 87). El camino de la especialización que también veía Durkheim es inevitable para Weber por las condiciones modernas, en donde la creciente complejización de cada “esfera” de conocimiento, hace que solo especializándose en una de ellas sea posible abarcar un área razonablemente manejable de conocimiento acumulado. En Weber no hay salida a este proceso y pareciera que la burocratización acabará devorándose todo rincón de la sociedad.


Pasado poco más de un siglo de la formulación de estas teorías, las tendencias por ellas descritas parecen haberse acentuado y la tensión entre comunidad y sociedad seguir, la pregunta entonces sería: ¿En que forma aparece esta tensión en los contextos micro-sociales que hoy desde las políticas públicas llamamos “comunitarios” y que son el foco de nuestras intervenciones?


Nos hacemos estas preguntas porque a comienzos de siglo XXI ya no tiene sentido contraponer los términos comunidad/sociedad para hacer analogía de otras oposiciones como tradicional/moderno, atraso/progreso, debido a que el término comunidad ha dejado de referirse a contextos feudales. Es indiscutible que todo el mundo actual es moderno, hasta el rincón más aislado del conurbano bonaerense se haya conectado por todo tipo de relaciones a espacios geográficos muy distantes de él.

(Fragmento de ponencia publicada en el "I Congreso de Sociólogos de la Provincia de Buenos Aires", La Plata, Argentina, 2009.)